La OMS y Estados Unidos aseguran que las piscinas con cloro «no son un medio propicio para la transmisión del coronavirus»

Desde la Escuela del Agua, un centro de iniciación y perfeccionamiento de la natación y los deportes acuáticos, estamos haciendo un esfuerzo para recopilar todos los datos posibles, que sirvan para manteneros informados de todos los datos, investigaciones y noticias que tengan que ver con la situación que estamos atravesando en la actualidad.
Así, organismos e instituciones muy fiables y contrastadas a nivel mundial, ya han explicado en varias ocasiones y han emitido informes asegurando que el agua tratada con cloro de las piscinas no actúa como vector de transmisión del virus COVID-19, aunque durante el entrenamiento esté en contacto con fluidos corporales (saliva) o en contacto directo de ojos, nariz y boca. Un aspecto que es válido siempre que las piscinas estén dotadas con los elementos de dosificación y controles necesarios para que el agua mantenga la coloración adecuada, algo que ha sido siempre una de las reglas de oro de la Escuela del Agua.
En este sentido organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS) han afirmado que «los métodos convencionales de filtrado y desinfección del agua deberían ser suficientes para inactivar el virus COVID-19».
Unas afirmaciones que también respaldan los Centros de Control y Prevención de Enfermedades del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU, que descartan que las piscinas sean un medio propicio para la transmisión. Así, explican que «no hay evidencia de que el COVID-19 pueda propagarse a los humanos a través del uso de piscinas, jacuzzis o balnearios, o áreas de juego acuáticas. El funcionamiento, mantenimiento y desinfección adecuados (por ejemplo con cloro y bromo) de piscinas, jacuzzis o balnearios, y áreas de juego acuáticas deberían inactivar el virus que causa COVID-19».
Por ello, desde la Escuela del Agua, seguimos trabajando, como siempre, para que nuestras instalaciones cuenten con las máximas garantías de seguridad y limpieza, adaptándolas también a la nueva realidad que a todos nos ha tocado vivir.
Siempre con la maquinaria, con los elementos de dosificación y controles necesarios para que el agua tenga la cloración adecuada.