La Escuela del Agua es sinónimo de seguridad

La llegada del verano y las altas temperaturas introducen en los padres una sensación contradictoria. Por un lado el comienzo de la temporada de baños llena de alegría a las familias, ya que traerá numerosos momentos de disfrute, aunque inevitablemente es también un instante en que muchos padres sufren de manera más cercana los peligros que existen en las piscinas y playas. De manera inevitable la llegada del verano también está acompañada de trágicas noticias, en las que nos estremecemos al conocer que todavía hoy, en pleno siglo XXI, muchos niños fallecen ahogados en las piscinas, ríos y playas españolas.
El año 2017 está siendo especialmente crudo en este sentido, ya que en el primer semestre ya se han registrado cinco ahogamientos de menores en Andalucía, la misma cifra que se dio en todo el año 2016. Las estadísticas son terribles, ya que cada año mueren ahogadas en nuestro país más de 400 personas. El año pasado, 437, casi la mitad de los muertos que se registran en accidente de tráfico. Especialmente sangrante es el caso de los niños. Según la Organización Mundial de la Salud, los ahogamientos suponen la tercera causa de muerte infantil en el mundo, teniendo además una especial incidencia en menores de cinco años.
Lamentablemente cada año vemos que cuando llega esta época aparecen las inquietudes y la necesidad de tomar medidas, siendo los padres conscientes del peligro que puede conllevar que su hijo no sepa nadar.
Los padres, en su intención de ofrecer la máxima seguridad a sus pequeños y «quedarse más tranquilos», recurren a prácticas que realmente lo único que consiguen es una falsa sensación de seguridad, como el vallado de piscinas, o la utilización de elementos como flotadores o manguitos, colaborando estas medidas en parte a la existencia de una cierta relajación, cuestión esta nada recomendable. Realmente es peligroso confiar de manera ciega en estas medidas, ya que está más que demostrado que los niños pueden saltar las vallas sin ningún tipo de problema y que en muchas ocasiones los flotadores, manguitos y elementos de estas características pueden fallar.
En la Escuela del Agua llevamos más de cuatro décadas ofreciendo mayor tranquilidad y más seguridad a miles de familias, porque estamos convencidos de que a la hora de la verdad lo importante es que nuestros hijos sepan desenvolverse en el medio acuático sin la necesidad de confiar todo a elementos externos. En nuestro centro enseñamos entre otras muchas habilidades a flotar, moverse en el agua y practicar habilidades para alcanzar el bordillo incluso con el peso que supondría estar vestido de calle, como queda expuesto en este vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=uLL0m_-XP4A
«Nuestro programa de enseñanza se basa en el aprendizaje individual y personalizado, es decir cada uno de nuestros alumnos tiene un profesor para él solo. Esta apuesta nos permite que el profesor siempre pueda adaptarse al ritmo de aprendizaje de cada uno de nuestros alumnos y además hace que nuestras clases sean mucho más seguras ya que en ellas una de nuestras reglas de oro es la seguridad extrema», explican desde la dirección de la Escuela del Agua.
Los profesionales del centro cuentan con formación especializada para impartir estos programas de enseñanza, que persiguen principalmente la seguridad de los más pequeños y aconsejan a los padres que sean conscientes de que todo esto no se aprende en solo tres días por lo que lógicamente sus pequeños tienen que tener una continuidad en su formación y siempre vigilados.
No hay mayor tranquilidad que saber que tu hijo o hija está preparado para poder afrontar algunas situaciones de riesgo en el agua, una tranquilidad que difícilmente podrá proporcionar una valla, un flotador o un manguito, los cuales están expuestos a fallos, falta de mantenimiento o mal uso de estos elementos.
No lo dudes, acude a la Escuela del Agua, la calidad en su servicio te proporciona el lugar idóneo para que tus hijos y nietos vayan adquiriendo una formación en él y con el medio acuático.